España lleva demasiado tiempo agazapada y perdiendo el tiempo, un recurso finito y que se nos va entre las manos. Llevan 45 años intentando convencernos de que la historia de España empezó y acabó en 1939. Hace tiempo que la mediocridad ha alcanzado magnitudes colosales en España, y eso no es más que producto del comercio entre silencio, cobardía y envidia.
Llevamos 100 años aguantando a unos periféricos iletrados con monsergas y homilías racistas que vienen de esa filosofía pasajera, pero que tanto daño hizo en África, la región vascongada y catalana de España, del darwinismo social. La atribución de cualidades morales y morfogenéticas inferiores al vecino es un recurso de corto recorrido en general, excepto entre masas de fiemo moral e intelectual. Lamento la falta de sutileza pero tratar esto con más letras o libros seria reverenciar con esmoquin y toque de sombrero la entrada de la vaca en el establo.
Y esto lo digo porque una gran amiga mía de la residencia a la que quiero mucho me ha escrito tras 3 años de silencio elegido por mi parte. ¡Como dueles, España!
Alguien brillante que ha pasado con facilidad todos los obstáculos de la carrera de medicina y el MIR cuando era una competición real (solo tenía plaza el 20%). Alguien que tras muchas guardias, artículos científicos y doctorado se convirtio en médico adjunto de un hospital de primer nivel. Alguien que cuando tiene un paciente delante practica la equidad, da al paciente según sus necesidades independientemente de donde venga a donde vaya o lo majo que sea. Y esto lo hace con frecuencia diaria. A modo de ejemplo sirva ese paciente originario de Bangladesh que fue referido a su servicio con una patología extremadamente rara que nadie sabía como diagnosticar. Nadie excepto ella, que atendió al paciente con toda su sabiduría e ignorancia, y en esta historia ambas son igualmente importantes. Con toda su experiencia y bagaje se dio cuenta de que no podía entender lo que veía, así que con su honestidad intelectual reconoció su ignorancia y con su ética de trabajo se puso a trabajar, consulto internet, la biblioteca y otros especialistas. Tras pruebas, emails y consultas con colegas consiguió entender lo que veía, y darse cuenta de que era un caso similar a unos pocos cuadros clinicos publicados en otros lugares remotos. El paciente se fue con diagnostico y cura.
Ahí tenemos a una parte de España. Sencilla (sin sombreros cordobeses ni moños complicados), trabajadora, honesta, que sabe decir no sé cuándo no sabe, y que cree en ella misma. Que se pone a buscar, cuando los retos tropiezan con nosotros en el camino.
De entre esas Españas que van por ahí… tu eres de la que trabaja, la que piensa, la que cree en si misma, la que ejerce la libertad de lengua y pensamiento. Y sin embargo, tú eres la única que me dijo que había que abogar por el diálogo cuando unos racistas mediocres asaltaron la democracia. No paraste ahí, crees que es mejor que no hubiera países en ese panuniversalismo vacuo tan prevalente en juventudes tan bienintencionadas como idiotas. Lo único que te puedo decir es que te invito a mi acera. Porque hay 2 aceras, y son muy distintas.
En mi acera hay caos, la gente es libre y elige su propio camino. En mi acera se habla la lengua que uno quiere, pero todos al encontrarnos hablamos la lengua que nos permite entendernos. En mi acera la gente y camina como quiere, aunque evitamos tropezar con el vecino. En mi acera la gente va al colegio que quiere no al que le dicen, lo mismo pasa con el hospital, ¡Qué lujo poder elegirte como el médico de mi familia! En mi acera cuando hay conflictos vamos a los tribunales (que tienen leyes donde esta escrito como hay que hacer las cosas), no vamos al chamán para ver que dicen los Dioses. En mi acera la gente es responsable de lo que hace y dice hoy no de lo que hicieron o dijeron sus antepasados. En mi acera creemos que el DNA es importante para el laboratorio de consejo genético, no lo usamos para nada más. En mi acera las decisiones son individuales, no hay quien marque el paso, es caótico pero colorido y divertido. En mi acera, pagas el derecho de peaje de acuerdo con lo que tienes, pero todo el mundo contribuye y todo el mundo cuida el pavimento de nuestra acera porque a todos nos cuesta sudor. Estamos trabajando en hacer mejor la acera donde vivo, tenemos problemas, pero estas son nuestras ideas.
Las patrias son ideas de cómo vivir juntos, no son aglomeraciones de DNA argamasadas por tiempos y guerras. Aunque todos somos seres humanos, no queremos caminar de la misma manera. Esto me recuerda la guerra mediática de Reagan y Gorbachov a finales de los 80. Cuando visitaron Rusia o Estados Unidos ambos se saltaron el protocolo y hablaron con los transeúntes. La prensa lo describió como “todos queremos lo mismo”, en realidad lo queremos de distinta manera por eso tenemos países que son ideas de cómo vivir juntos.
A mí cuando escucho “Entre dos aguas” se me pone la carne de gallina, a mí me gusta bailar agarrao, no me gusta coger la mano de dos personas y mirar al bolso para que no me lo roben mientras doy pasitos de novicia en la cocina robando bizcochos a medianoche.
Si te quieres venir a mi acera, eres bienvenida. Me voy a acabar de rehogar las patatas con chorizo que tengo en el fuego. Es un día de otoño con niebla y chirimiri, echo de menos el olor del haya en la chimenea.
Y eso es todo!