Me voy a misa!

Semana compleja, dos eventos de magnitud cataclísmica han ocurrido en mi vida.

Me ha llegado un email de un compañero de trabajo en el que se me conmina a cuidarme y ocuparme de mi salud mental (10 de octubre, día Mundial de la salud Mental). Obviando el hecho de que es una contradicción intrínseca, apodíctica que dirían los que leen algo que no sea Facebook, se me han subido los humores. Para empezar muy pocas veces se tiene conciencia del extravío de nuestra mente y cuando eso ocurre es una tragedia terrible, como le ocurrió a Robert Schumann (véase locos egregios).

Me extraña ese email, primero porque es impersonal, y nada más personal que las pendencias interiores, ese lugar inefable que nos hace uno. Suena a buena acción barata tipo Linkendin, el lugar donde mentir es rigor de vida. Segundo porque viene de una persona educada, con matices intelectuales por la que tengo respeto. A modo de ejemplo, nuestras reuniones profesionales ocurren casi siempre en fines de semana, yo me eximo de ir a misa en esas circunstancias. Recuerdo hace 2 años estar en una de esas reuniones un sábado por la tarde, ya en la cena preparando las actividades del día siguiente, cuando este compañero de la “salud mental” comento, “bueno yo tengo misa a las 7 cerca del hotel, estaré disponible a las 8”. Tocado y hundido… en silencio acepte mi error y vagancia. Resulta que mi catolicismo es fervoroso intelectualmente, pero es algo mas laxo en los ritos. Lo mejor fue que no lo dijo con afán exhibicionista ni pidiendo perdón, fue una gran lección para mí.

Segundo cataclismo, la semana que viene mi empresa tiene el “día del bien” en el que nos dan fiesta y todo el mundo se apunta a una actividad “buena” previamente aprobada por la inteligencia preclara de nuestros amados y benevolentes líderes. Las correspondientes fotos (todas con sonrisa) se colgaran en la pagina web de la empresa al día siguiente.

Estos dos eventos que pudieran parecer desconectados no lo están y son enormemente preocupantes.

En primer lugar, la empresa es una entidad que la sociedad ha creado para agregar recursos y talento en un marco legal conducente a producir bienes y servicios que incrementan la utilidad tanto del comprador como de la empresa. Si la transacción beneficia a ambos la empresa ha cumplido su función, y en ese sentido ha hecho una cosa buena, aunque yo estoy deacuerdo con M Rothbard en que la economía debiera ser Wertfrei (no tener valores) y describir las transacciones y sus consecuencias sin más.

Si tenemos un día de hacer “el bien” esto significa que durante 364 días no lo hacemos. Esta es una pregunta justa y lógica. Si no hacemos el bien durante 364 días, esto significa que nuestra actividad económica en la que producimos un bien o servicio que los compradores necesitan y por la que cobramos es una acción inmoral, o sea mala. ¿Quién es el sujeto de esa acción inmoral? ¿Es el director general? ¿Es el director financiero? ¿Es mi jefe?  ¿Soy yo? La respuesta a esas preguntas es que el sujeto de acción moral es únicamente el individuo libre en el ejercicio de su libertad.

Paralelamente a la extinción de las vigencias religiosas a lo largo de los últimos siglos en la civilización occidental se ha producido un fenómeno de “externalización” de la moral, que ha llevado incluso a acuñar el termino de “moral laica”, una contradicción intrínseca desde el punto de la lógica formal. Esa moral laica, en general, está compuesta de las mismas normas cristianas despojadas de su fundamento religioso. Por extensión se han elevado a categoría de valores “humanos” conceptos como la igualdad o la fraternidad entre los hombres, véase la revolución de 1789 con su “Liberté, égalité, fraternité”. Pero el concepto tanto de igualdad como de fraternidad es una idea derivada de nuestra condición de “hijos de Dios”, esto nos hace iguales en la dignidad y nos hace fraternos (familia). Llevando el argumento de “moral sin Dios” se llega a un humanismo vacuo y mal definido que busca motivos para aunar gentes. De esta manera se llega a las comunidades por elementos que van cambiando según las necesidades del momento histórico.  Pueden ser comunidades de clase, de patria, de raza o lo que sea menester en el lugar y tiempo específico.

Llegados al siglo XXI la evolución de ese concepto de “moral” no ligada a ninguna visión trascendental llega a poner en cuestión esos mismos paradigmas confusos de “lo bueno” o “lo moral”. El siguiente paso de tal paradigma es la puesta en cuestion de esas reglas. Esas normativas se definen como una construcción social artificial producto de un acuerdo en un tiempo y espacio específico sin ninguna relación con la realidad. La teoría crítica de Adorno, Horkheimer, Marcuse, Habermas y la escuela de Frankfurt es el intento, disjunto en cualquier caso, de reinventar todos los elementos de la sociedad. Esta reinvención del “nuevo hombre” , un vez más, utiliza una mezcla de ideas filosóficas de raíz marxista e historicista junto con el uso de las ciencias sociales y la psicología para dar una pátina de “ciencia” irrefutable a sus conclusiones. La evolución de esas ideas ha producido el biologismo y naturalismo imperante que es miope y no ha hecho más que cosificar al hombre. Esa cosificación del ser humano ha despojado de ese sentido argumentativo y en transición que es la vida. Cuando se dinamitan las reglas de conducta por considerarlas una construcción social artificial la vida carece de horizonte, se entierra el sentido de responsabilidad y el juicio de las acciones queda suspendido. Esa vision mecanicista y simple estudia las acciones a la luz de las condiciones en las que se producen esas conductas, en definitiva la circunstancia manda. ¿De donde viene entonces los juicios sobre la supuesta bondad o maldad de las acciones humanas? Mi empresa tiene una lista de acciones catalogadas como favorables o no favorables (no hay cosas buenas porque somos “apolíticos” y “amorales”). La lista deb estar guardada en una caja fuerte en la oficina de un alto rango en el departamento de recursos humanos. El oficial de alto rango  en recursos humanos probablemente tenga un doctorado en Estudios de “Genero e inequidad en Asia sub-septentrional en los años lerdos alrededor de 1980 “.

El progresivo deterioro de la trascendencia y la reducción a una visión mecanicista del hombre borra la individualidad del ser humano. Ello lleva inmediatamente a la disolución del concepto de responsabilidad individual, a la desorientación moral y finalmente a la anulación de la libertad. La acción moral requiere dos elementos fundamentales el individuo y su libertad. No hay acción moral a menos que ambos estén presentes. Los nuevos paradigmas ahora son establecidos por poderes fácticos disjuntos, la empresa, las asociaciones profesionales, los medios de comunicación, el gobierno, cuerpos de gobierno supranacionales. Todos estos poderes inconexos son los que definen lo que está bien o no, y establecen también los elementos de dependencia en forma de peligros para los que el individuo necesita ayuda (salud mental, salud emocional, salud física, ciudades más sanas, aire mas puro etc).

Lo que es preocupante es la falta de atención y rebelión contra estos dictados externos en las sociedades. A mí personalmente me llama la atención este sonambulismo de las clases educadas. Yo creo que se debe a dos cosas. Parte de esa clase educada se cree superior y en una posición para dictar comportamientos del resto de la sociedad a la que consideran burda y con falta de sofisticación, lo que Hillary Clinton llama los deplorables ( termino usado en su campaña presidencial contra Trump de 2016). La otra razón es que la supuesta clase educada en realidad no lo es, es simplemente una clase técnica con una posición económica diferente, pero igualmente deleznable desde le punto de vista intelectual.

Y así llegamos a esta situación en la que la empresa define la bondad y los días para ejercerla, y nuestra falta de horizonte vital se soluciona con inhibidores de la reabsorción de serotonina y verdades de Linkedin.

¡Yo me voy a misa!   

References

Man, Economy and State by Murray N Rothbard 1962  

Tratado de lo mejor by Julian Marias 1994

Locos egregios by F Vallejo-Nágera 1977     

Dialectic of Enlightenment by Max Horkheimer and Theodor W. Adorno 1944

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